Durante la primera semana de noviembre, nos fuimos 4 días de visita a la Reserva Faunística del Cuyabeno, en plena selva virgen! La verdad es que no tengo palabras para describirlo, y las fotos no hacen justicia, pero me hubiera quedado a vivir allí…
Desde el primer momento, cruzando en la canoa a motor el río para llegar a nuestro “lounge”, ya no sabíamos a donde mirar. Además estaba lloviendo, lo que le daba un toque mucho más de película al asunto de la selva jaja Es increíble: animales por todos los lados y verde allá donde mirases. Sólo verde.
Durante ese primer día, hicimos una ruta por la selva, y como toque cómico para mis grades amigos y seguidores de químicas, les alegraré el día confirmando que sí: metí la pierna en un charco de barro, dos veces seguidas. Pero no, no me caí, lo siento. (Al menos en ese momento).
El segundo día, después de despertarnos con el mejor sonido, el de la selva y el grito de los monos al lado de nuestra ventana (no he dormido mejor en ningún sitio), volvimos a salir en la canoa (esta vez a remo) en busca de caimanes y delfines rosados, y hubo suerte con lo segundo, había una familia de delfines en la laguna nadando a nuestro alrededor. Con los caimanes, tuvimos algo más de suerte con la caída de la noche, donde vimos unos ojillos rojos entre los árboles que huían de nosotros. Normal, yo también huiría! También salimos por la noche a hacer una rutilla andando (esta vez sin meter la pierna donde no debía) y vimos mil clases de ranas e insectos increíbles, entre ellos el insecto langosta: hay marisco en la selva!
Al día siguiente, madrugón para el avistamiento de aves desde la torre y visita a una de las comunidades sionas que hay en la reserva. Allí recolectamos yuca para preparar unas tortas y hablamos con el shamán de la comunidad, que nos habló mucho acerca de los rituales de su comunidad y acerca del uso de muchas plantas medicinales y rituales para ellos, como es la toma de la ayahuasca.
De allí, volvimos a dar una vuelta por el río remando, con el sol animando, así que nos ganamos un bañito al atardecer en la laguna, con esas vistas tan espectaculares. (Mejor no pensar lo que vive en esas aguas jaja y también hago un guiño a mis amigos remarcando lo fácil que parece hacer volcar una canoa al subirse desde el agua… xD aunque también me salvé esta vez).
El último día lo exprimimos disfrutando un poquito de la tranquilidad, como allí en ningún sitio. Un rato relajados en la torre viendo amanecer y leer un rato en las hamacas con la selva de fondo. Ojalá se pudiera llevar a casa un poquito de ese sonido de fondo! Delfines, tortugas, monos, mil pájaros e insectos diferentes, reptiles… esperemos que dure muchos muchos años, sin que la mano de muchos lo llegue a estropear.
Pero toca volver al trabajo en la finca! El día 7 de noviembre el ISTEC organizaba la I jornada sobre “Los derechos de la naturaleza y nuestro modelo de desarrollo”. Allí se habló sobre la educación superior en Sucumbios, y el abandono de esta en la zona por parte del gobierno, todo ello en relación con la contratación petrolera y sus regalías, que no se están aplicando. Y por supuesto también se tocó el tema del Yasuní, sobre el cual se realizó una mesa redonda.
La provincia, pese a muchas promesas de cambio, no ha dejado de ser la olvidada del país: aunque en cuanto a recursos naturales es la más rica del país (es la zona donde se encuentran todos los pozos de petróleo), y por tanto la más afectada por las explotaciones petroleras, es la zona más relegada en inversión: las rentas petroleras no se llevan a cabo. Aunque la ley 0.10 (“ley de fondo para el ecodesarrollo regional amazónico y de fortalecimiento de sus organismos seccionales”) dice, entre otras cosas, que el 10% de los fondos producido por esta ley deben destinarse para invertir en educación superior en Sucumbíos, esto no está siendo así, siendo el ISTEC además actualmente la única institución de este tipo en la provincia. Mientras que en los últimos 10 años se ha invertido 54 millones de dólares en vías, no se ha invertido ni un solo dólar en educación, lo que remarca como las estrategias políticas para la captación de votos repercuten en el desarrollo cultural y el acceso a la educación de la población económicamente más desfavorecida.
Sigo como profesora en el ISTEC con los alumnos de primero y tercero de agroforestal, y la verdad es que cada vez me gusta más. Además son unos chicos encantadores y la relación con ellos es cada día mejor. Nos invitaron a un asado en el río con ellos y la verdad es que lo pasamos genial.
También durante estos días he visitado la Federación de Mujeres de Sucumbíos, junto con dos mujeres de una federación hermana de Santo Domingo, en la región frontera con Haití, que me contaron miles de cosas sobre el movimiento asociativo feminista allí. Un placer haber podido compartir con ellas ese día y que me enseñasen tantas cosas.
Mientras tanto, nuestra relación con la cocina sigue en aumento jaja Seguimos las clases culinarias con Doña Amada (esta vez nos tocó a nosotras enseñarle a hacer tortilla de “papa”) y además hicimos un almuerzo para los trabajadores de la finca: salmorejo, tortilla, sopas de ajo, y paella, que no falte de nada! =)
La vida por aquí cada día es mejor, pero también cada vez me queda menos! Son mis últimas semanas en Ecuador, probablemente mi próxima actualización ya sea desde tierras españolas… siento mucho contar mi vida por aquí con tanto retraso y tantas prisas, pero son tantas cosas por ver y por hacer que esta termina siendo la menos importante.
¡Pronto nos vemos! Miles de abrazos desde aquí. =)